sábado, 11 de junio de 2016

David Berkowitz " El hijo de Sam "



 «Sam es muy poderoso y yo le obedecía, es un demonio de cien mil años de antiguedad y esta dentro del perro de mi vecino Sam Carr , el me obliga a matar , yo soy su hijo , soy el hijo de SAM "



David Berkowitz (nacido oficialmente como Richard David Falco) nació el 1 de junio del año 1953, en el archiconocido barrio neoyorquino de Brooklyn. Ya desde bien pequeño las cosas no comenzaron bien para él, ya que fue abandonado como un perro por su madre biológica, y posteriormente adoptado por la familia Berkowitz, formada por el matrimonio de Nat y Pearl.

Siempre fue marginado en el colegio y en la calle por parte de sus amigos y compañeros de aula, por lo que tenía su autoestima por los suelos, hasta el punto de querer aparentar ser un joven autosuficiente e independiente, para que la gente más cercana a él, no lo vieran como se suele decir actualmente, como un "friki".

Fuertes depresiones y bajones emocionales severos, se convertían en cuestión de minutos, en sentimiento de superioridad y ataques de violencia brutales, los cuales trajeron muchos problemas a sus más allegados.

En definitiva, un carácter totalmente atípico para un niño de su edad, algo que con el tiempo se iba a complicar y mucho, dada su escasa fortuna con el género contrario...



Sin embargo el gozaba del amor de su madre adoptiva, y parecía ser que con esto, tenía más que suficiente, hasta que cumplió los 14 años, y ella falleció...

Sin duda esto contado anteriormente, fue lo peor que le pudo pasar al joven David...

Como decíamos anteriormente, dada su escasa fortuna con las chicas de su edad, probablemente porque el chico era bastante feo, unido esto al recuerdo permanente de lo que su madre biológica le hizo cuando lo abandonó como si de una rata callejera se tratara, fue el caldo de cultivo del odio visceral de este hombre hacia las mujeres, hecho que con el tiempo se iba a convertir en algo insoportable para él, y dentro de su cabeza maltrecha, tenía sed de venganza contra ellas, y así fue como comenzó a pensar un plan, un maquiavélico y repugnante plan...




Para conseguir sentirse un poco mejor consigo mismo, decidió comprarse una pistola siendo aún un adolescente, y transcurridos unos pocos años, pensó que debía utilizar dicha pistola del calibre 44, para vengarse de esos seres maravillosos, llamados mujeres...




Claro está que para él no eran maravillosos, más bien diríamos que todo lo contrario, no quería ver a ni una sola mujer, sobre la faz de la Tierra...

Con 23 años recién cumplidos, comenzó su carrera como psicokiller de manual, en pleno centro de Nueva York, sembrando el mayor de los terrores de aquella época en la ciudad de los rascacielos, y con un saldo de 6 asesinatos y 7 intentos, entre los años 1976 y 1977, consiguió saciar su ansia de vengarse de aquellas chicas que no querían saber nada de él, o al menos eso era lo que él creía...


Lo curioso de todo, que ese odio visceral hacia las féminas, se acabó transformando en un odio total hacia toda la sociedad, ya fuesen varones, niños, jóvenes, menos jóvenes, cualquier ser vivo que se cruzara por la acera con él, era candidato a recibir un disparo.

Con el paso del tiempo, se convirtió en un ser despreciable (ahora si), en un déspota, y en un tipo extremadamente frío, capaz de coger su revólver y disparar a cualquier persona, sin importarle su raza, condición o lo que fuese...

La calurosa madrugada del 29 de julio del año 1976, un par de chicas conocidas como Donna Lauria y Jody Valenti, se convertirían sin ellas quererlo claro, en las primeras víctimas oficiales de este monstruo.



Ambas no sumaban ni tan siquiera 20 años de edad...

Se encontraban charlando dentro del coche de Jody, y nuestro protagonista de hoy en la web, se acercó a la ventanilla y descerrajó cinco certeros disparos en las cabezas de las jóvenes mujeres, que obviamente fallecieron en el acto.

Estas fueron como dijimos anteriormente, las primeras desdichadas que acabaron siendo pasto de este ser inmundo...

Eran dos jóvenes preciosas  y a día de hoy sus familias todavía se preguntan, el porqué les tuvo que tocar a ellas dicha desgracia...



El 23 de octubre también del año 1976, le tocó el turno a un hombre, llamado Carl Denaro de tan solo 20 años de edad, el cual recibió un certero disparo en la cabeza, de un modo muy parecido que las anteriores chicas, cuando se encontraba dentro de su coche, charlando con una chica que acababa de conocer en una discoteca de Manhattan.

Ella logró escapar milagrosamente, él no, y aunque no falleció quedó vegetal para el resto de sus días.

Tan solo 4 semanas desde este nuevo intento de asesinato, "El Hijo de Sam" volvió a actuar, y esta vez le tocó el turno a dos jóvenes que no alcanzaban siquiera los 18 años de edad. Las dos chicas volvían de pasar un rato divertido en el cine, a altas horas de la noche, y David las estaba persiguiendo desde hacía rato. Ellas cuando comprobaron que este hombre las estaba siguiendo, comenzaron a acelerar el paso, algo a lo cual él respondió con velocidad, y se acercó a ellas, y como siempre, el mismo modus operandi, apretó el gatillo a bocajarro, y consiguió herir de extrema gravedad a una de las dos niñas, la cual quedó parapléjica para toda la vida.



Nuestro protagonista , dejó de actuar durante un tiempo, y exactamente hasta el día 30 de enero del año 1977, cuando cansado ya de sus fracasos al intentar matar a las personas que se cruzaban en su camino, se propuso que esta vez iba a salir bien, y le salió a medias...

La pareja formada por Christine Freuna y John Diel, regresaban de pasar una noche en el barrio de Queens, cuando charlando en el interior de su vehículo, oyeron unos extraños ruidos, que eran producidos por David, y este una vez más disparó su pistola del calibre 44, esta vez con mejor puntería que las anteriores, y logró que las balas penetraran el cerebro de Christine, la cual falleció en el acto. Su novio John, logró huir y buscó a la policía...

Los mismos cuando supieron del asesinato de esta mujer, comenzaron a investigar y vieron muchas coincidencias entre las muertes contadas anteriormente, y esta de Christine, por lo que ya sabían a quien tenían que buscar... un asesino con un revólver del calibre 44...




En la primavera de 1977, y ya con la policía pisándole los talones, David atacó de forma mortal de necesidad, a la joven de origen armenio Virginia Voskerichian, la cual recibió un certero disparo en la cabeza, que le causó la muerte al instante. Un transeúnte que pasaba por allí, se percató de que algo raro pasaba, y David de manera totalmente fría, pasó por su lado y le dijo textualmente "hola caballero, buenas noches". Como si hubiese salido a la calle a tirar la basura y se hubiese encontrado con un vecino... tremenda, la frialdad de todos los psicokillers de la historia de la humanidad...

Un solo mes después, y siguiendo el mismo modus operandi, pero esta vez acertando de pleno en sus objetivos y de este modo perfeccionando al máximo su "arte de matar", eliminó de la faz de la Tierra, a otros dos jóvenes novios, a los cuales se les acercó cuando se estaban besando en el interior del coche, y les disparó en la cabeza. Ambos murieron en el acto...

Sin embargo, esta vez David Berkowitz en su afán de llamar aún más la atención, dejó una carta junto a los cadáveres, firmando con el seudónimo de "El Hijo de Sam", y reivindicando los asesinatos.

En un plan totalmente chulesco, escribió una carta al periódico "New York Daily News", para decirles textualmente "muy señores míos, agradezco mucho la atención que me están prestando en su diario, y no se preocupen que pronto podrán seguir rellenando el periódico con noticias mías".

Impresionante...



Ya en pleno verano del año 1977, llegaría la última atrocidad de nuestro protagonista de hoy en la web, cuando se dispuso a salir de cacería una vez más, buscando parejitas que como tortolitos se besaban en el coche, bajo la luna, tras disfrutar de una noche de fiesta.

Estos dos "tortolitos", formaban una pareja de novios con nombres Stacy Moskowitz y Bobby Violante, los cuales recibieron una serie de disparos, hiriendo de gravedad a ambos. Tal fue dicha gravedad, que Stacy falleció poco tiempo después de ingresar en el hospital, al tener unas heridas en su cabeza, que las hacían incompatibles con la vida. Bobby no murió, pero se quedó tuerto, y perdió más del 80 por ciento de visión, en su otro ojo.

Un testigo que estaba cerca de la zona, presenció estos horrendos actos, y consiguió identificar a "El Hijo de Sam", cuando huía del escenario del crimen.



Solo diez días después de este asesinato e intento, David Berkowitz fue sorprendido por la policía de Nueva York, cuando se disponía a volver a matar, y detenido y puesto a disposición judicial, acusado de múltiples delitos de asesinato y múltiples delitos de homicidio en grado de tentativa.

Cuando los oficiales de la autoridad procedieron a su detención, uno de ellos le preguntó: "bueno, ahora que te tengo muchacho, me vas a decir quién eres no?", a lo cual el contestó "si agente, soy yo mismo, David Berkowitz, el mismísimo Hijo de Sam".




Durante el proceso previo al juicio definitivo, los agentes quisieron saber el porqué se hacía llamar como "El Hijo de Sam", y él explicó que todo se debía a que el perro de su vecino, de nombre Sam, era un demonio de más de 6.000 años de antigüedad, y que él mismo le daba las órdenes de que tenía que asesinar a personas. Una historia que solo se podría calificar de un modo: una burda y pueril estrategia, para no ser condenado alegando "locura".

Fue juzgado y condenado a la pena de 365 años de cárcel, y enviado a una de las prisiones más seguras del mundo.


Cuando ya estaba en la cárcel amoldado a la vida de la misma, en numerosas conversaciones que tuvo tanto con compañeros suyos de celda, como con periodistas que le hacían entrevistas, afirmó haber sido un seguidor acérrimo de Charles Manson, y además aseguró que él no actuó solo, y que fueron varias las personas, que le ayudaron a matar a aquellas y aquellos pobres muchachos.

Así mismo espetó dos frases realmente sorprendentes y que decían lo siguiente...



"Cuando me detuvieron, realmente fue una pena, ya que me había convertido en una máquina perfecta de matar. Yo soy el diablo en persona, y siento adoración por el satanismo".

"Mis padres adoptivos estaban siempre preocupados por mi comportamiento raro, y además sabían que yo vivía en un mundo totalmente de fantasía y que no podían hacer nada contra los diablos que me atormentaban y controlaban mi personalidad".

Dos frases dignas de un demente de libro...




Imagen actual de "El Hijo de Sam"


Llama mucho la atención, tal y como podéis comprobar encima de estas líneas en la fotografía en cuestión, que actualmente David Berkowitz, que sigue cumpliendo su pena en prisión hasta el día que se muera, esté en un estado tan óptimo, tras llevar ya encerrado más de 30 años. Sin duda es uno de los presos con mejor aspecto, y mejor adaptado al triste y oscuro mundo de la cárcel.

Que por cierto, hace unos cuantos años, varios presos se lo intentaron cargar con navajazos en su cuello, pero logró salvar la vida milagrosamente, a pesar de recibir 50 puntos en su cuello.




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